Desde mayo de 2015 el río Chícamo estaba en la lista de cauces propuestos para ser declarados como reserva fluvial y hoy, 10/02/2017, ha sido declarado oficialmente por el Consejo de Ministros.
Las Reservas Naturales Fluviales se pueden definir como aquellos ríos o alguno de sus tramos con escasa o nula intervención humana y con una elevada naturalidad, a los que se les dota de protección en su dominio público hidráulico, con la finalidad de ser preservados sin alteraciones. Esta nueva figura de protección se suma a la de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), adquirida en el año 2000. Desde hoy, el río Chícamo se convierte en la única Reserva fluvial de la región de Murcia.
Más información, en el artículo de Miguel Ángel Ruiz Parra.
El río Chícamo, nueva reserva fluvial
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El Ministerio protege la cabecera de este curso de agua de Abanilla, junto con otros 52 cauces de toda España, por su singularidad y buen estado ecológico
Ya es oficial: la cabecera del río Chícamo es reserva fluvial. Lo ha anunciado esta misma tarde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, aunque la decisión estaba tomada hace tiempo, como os conté en el blog y en 'La Verdad', y solo faltaba alguna formalidad administrativa. El caso es que el Consejo de Ministros confirmó ayer la protección para el tramo del cauce (9,3 km) que discurre entre el nacimiento del río, a los pies de la Sierra del Cantón, y el paraje de El Partidor. Junto con este curso de agua situado en el municipio de Abanilla, otros 52 tramos de ríos de toda España reciben el 'blindaje' de esta figura de protección.
¿Qué valores tiene el río Chícamo para que se le proteja como reserva fluvial? Lo más importante es que se trata de un curso de agua situado en un entorno árido, entre ramblas y barrancos, que atraviesa estepas salinas y formaciones de yesos. En sus riberas crecen tarays, adelfas, juncos, cañaverales y palmeras, y en sus aguas se cobijan el barbo gitano y el fartet –ya sabéis, nuestro minúsculo pez mediterráneo en peligro de extinción–, además de invertebrados acuáticos, algunos de ellos endémicos.
Un río diferente, en definitiva, en unas tierras conocidas como 'la Palestina murciana' por sus palmerales que os recomiendo visitar. Es un placer remontar el cauce desde El Partidor y atravesar la bellísima garganta del Cajel (o del Cajer), normalmente en solitario, para llegar al modesto nacimiento: poco más que un agujero rodeado de cañas.
Las 53 nuevas reservas fluviales tienen el objetivo de preservar tramos de ríos con escasa o nula intervención humana y en un "muy buen" estado ecológico; en conjunto suman más de 900 kilómetros que se añaden a las 82 reservas declaradas previamente en 2015, de modo que en total quedan protegidos 2.684 kilómetros en 135 enclaves de las confederaciones hidrográficas competencia del Estado: Duero, Tajo, Ebro, Guadiana, Segura y Cantábrico Oriental.
La declaración de estas nuevas reservas naturales fluviales estaba pendiente de declaración formal hasta la modificación de la normativa existente (el reglamento de la planificación hidrológica, el pasado mes de diciembre) y se realiza en cumplimiento de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y del artículo 42 del texto refundido de la Ley de Aguas, que contempla la incorporación obligatoria en los planes hidrológicos de esta nueva figura de protección ambiental, informa el Ministerio.
¿Qué valores tiene el río Chícamo para que se le proteja como reserva fluvial? Lo más importante es que se trata de un curso de agua situado en un entorno árido, entre ramblas y barrancos, que atraviesa estepas salinas y formaciones de yesos. En sus riberas crecen tarays, adelfas, juncos, cañaverales y palmeras, y en sus aguas se cobijan el barbo gitano y el fartet –ya sabéis, nuestro minúsculo pez mediterráneo en peligro de extinción–, además de invertebrados acuáticos, algunos de ellos endémicos.
Un río diferente, en definitiva, en unas tierras conocidas como 'la Palestina murciana' por sus palmerales que os recomiendo visitar. Es un placer remontar el cauce desde El Partidor y atravesar la bellísima garganta del Cajel (o del Cajer), normalmente en solitario, para llegar al modesto nacimiento: poco más que un agujero rodeado de cañas.
Las 53 nuevas reservas fluviales tienen el objetivo de preservar tramos de ríos con escasa o nula intervención humana y en un "muy buen" estado ecológico; en conjunto suman más de 900 kilómetros que se añaden a las 82 reservas declaradas previamente en 2015, de modo que en total quedan protegidos 2.684 kilómetros en 135 enclaves de las confederaciones hidrográficas competencia del Estado: Duero, Tajo, Ebro, Guadiana, Segura y Cantábrico Oriental.
La declaración de estas nuevas reservas naturales fluviales estaba pendiente de declaración formal hasta la modificación de la normativa existente (el reglamento de la planificación hidrológica, el pasado mes de diciembre) y se realiza en cumplimiento de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y del artículo 42 del texto refundido de la Ley de Aguas, que contempla la incorporación obligatoria en los planes hidrológicos de esta nueva figura de protección ambiental, informa el Ministerio.
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